Primeras elecciones y nuevos conceptos
Urbanismo: las favelas no existen y lo
conocido anteriormente como éstas son “Comunidades” de ladrillos
rojos unidos de un modo irregular combinado con chapas, alambres y
plásticos, decoradas con alcantarillas al aire libre.
Matemáticas: la diferencia entre que
un quilo de tomates cueste 2 reais hoy y dentro de tres días 9 se
llama inflación controlada de un 6'5% gracias al gobierno de Dilma.
Redistribución de riqueza: subir el
sueldo mínino de 630 reais a 724 y que la cesta básica de una
familia de cuatro personas sea de media 400 reais cuando hace dos
años era de 150 es ganar en poder adquisitivo, ya que tienes acceso
al crédito ilimitado pudiendo aplazar el pago en cómodos 40 años.
Resulta que endeudar a tus nietos es socialismo. (¿os suena?)
Rebelión: alguno de vosotros recordará
los movimientos sociales en las calles que surgieron poco antes del
mundial que reivindicaban una mejora de los medios de transporte, una
igualdad real en la educación y sanidad, que denunciaba el sobre
coste de los estadios de fútbol y las pocas infraestructuras
acabadas con un presupuesto íntegramente perdido en el camino y que
fueron reprimidas con una violencia por parte de la policía
(bastante más violenta que la española, y ya es mucho decir) dignas
de una dictadura militar implantando el orden.
Pues este movimiento no tiene ninguna
presencia, ni la más mínima influencia en ninguno de los bandos. La
repercusión es aún menor que en España. Aquí no se ha creado
ninguna “marea” ni movimiento político como “Podemos” (con
todas las críticas que se le pueda hacer) y no existe ninguna
referencia en ningún medio de comunicación, ni análisis alguno que
lo tenga en cuenta para el posible resultado electoral, a pesar de
que en un país que es obligatorio votar se llegue, por primera vez,
al 30% entre nulos, blancos y abstenciones.
Oposición: es indudable que un país
con tal cinismo dentro del gobierno necesita un cambio. Sorpresa,
sorpresa. En Brasil el opositor a Dilma Rouseff se llama Aécio Neves
y es el cacique de Minas Gerais, gobernador, de familia bien, nieto
de Tancredo Neves (primer presidente de la democracia), que nunca
trabajó fuera de la política. Es el candidato del PSDB, lo que
sería el PSOE en España, y hace y deshace en su estado, como “buen
señorito andaluz”, a su oficio y beneficio. (Parece, aunque según
el Tribunal Electoral, por eso lo pongo entre paréntesis, ha
construido un aeropuerto privado en unos terrenos de su propiedad,
pero una pena, no se puede probar ni se puede denunciar, yo lo llamo
“el aeropuerto del equipaje de mano”)
Debería de ser fácil ser oposición
pero no es así. La campaña está basada en gritar a los cuatro
vientos que es mentira que vaya a eliminar todos los planes sociales
del PT (Partido de los Trabajadores; Lula y Dilma) sino que los vas a
mantener tal y como están. Más allá de lo discutible de algunos de
ellos y sobre todo de su ejecución, cuando basas tu elección en
mantener lo que está y no aportas ningún alternativa, es difícil
que un lema como “Muda Brasil”, lema que uso su abuelo en las
primeras elecciones democráticas tras la dictadura, sea creíble.
¿Qué sentido tiene votar a otro para
continuar con las mismas políticas?
Silencio: sobre el aborto, los
homosexuales, la igualdad real de la mujer, el extremismo
evangelista, la homofobia, el Amazonas y sobre todo de Brasil.
Ordem e Progresso está escrito en la
bandera.
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